El lupus es una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar varias partes del cuerpo, especialmente la piel, articulaciones, sangre y riñones. Conoce más acerca de esta enfermedad.
¿Qué afecta?
El sistema inmunológico del cuerpo, normalmente produce proteínas llamadas anticuerpos, para proteger al organismo en contra de virus, bacterias y otras substancias extrañas. Estas substancias se denominan antígenos.
En una enfermedad autoinmune como el lupus, el sistema inmunológico pierde su habilidad para notar la diferencia entre antígenos y sus propias células o tejidos.
Lo que sucede es que el sistema inmunológico produce anticuerpos en contra de sí mismo.
Denominados auto-anticuerpo, estos anticuerpos reaccionan con los antígenos propios para formar complejos inmunes. Los complejos inmunes se producen en el torrente sanguíneo y pueden causar inflamación, daño a los tejidos y dolor.
El lupus puede ser una enfermedad benigna que afecta a unos cuantos órganos ó puede causar daños severos y hasta la muerte.
Tipos:
Existen tres tipos de lupus: discoide, sistémico y el secundario a medicamentos.
Causa:
Se ignora la causa del lupus discoide y el sistémico, sólo se conoce el medicamentoso. En todos los casos son importantes los factores hereditarios, hormonales y medioambientales, aunque aún no está claro cómo interactúan para desencadenar el lupus.
Síntomas:
El Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology, ACR) ha desarrollado pautas para ayudar a los médicos en el diagnóstico del lupus. Ya que no existen dos personas que presenten los mismos síntomas.
Signos y síntomas:
• Erupción malar que se distribuye sobre las mejillas y el puente nasal (erupción en forma de mariposa);
• Erupción discoide, escamosa sobre el rostro, cuello, orejas, cuero cabelludo o tórax;
• Sensibilidad a la luz solar, con erupciones severas o fiebre producidas por una breve exposición al sol;
• Llagas indoloras en la lengua, interior de la boca o nariz;
• Artritis;
• Dolor en el pecho o en el costado al respirar;
• Problemas renales;
• Problemas neurológicos, convulsiones y problemas mentales;
• Recuento bajo de glóbulos rojos y blancos;
• Presencia de autoanticuerpos específicos medidos en la sangre;
• Presencia de anticuerpos antinucleares.
Muchas personas afectadas por el lupus presentan cambios en los signos y síntomas que se conocen como exacerbaciones y remisiones. La exacerbación es el período durante el cual la enfermedad se torna más activa y los síntomas aumentan. Durante una remisión, los signos y síntomas del lupus son escasos o desaparecen. A veces, una persona puede presentar una remisión completa o prolongada, pero esto no significa necesariamente que la enfermedad haya desaparecido.
Otros síntomas:
• Coágulos de sangre;
• Derrames cerebrales;
• Ataques cardíacos;
• Inflamación ocular;
• Fiebre:
• Debilidad, fatiga;
• Pérdida de peso;
• Fenómeno de Raynaud (enfermedad en donde los dedos de las manos y de los pies, la nariz y los oídos pueden desarrollar una sensibilidad inusual al frío)
• Dolores musculares;
• Ganglios linfáticos hinchados;
• Pérdida del apetito;
• Caída del cabello;
• Síndrome de Sjögren (enfermedad crónica que provoca sequedad en los ojos y boca)
• Depresión o dificultad para concentrarse.
Diagnóstico:
El lupus puede ser difícil de diagnosticar, por ello debe de ser tratado por un especialista en Reumatología. Se detecta con exámenes físicos y de laboratorio.
Tratamiento:
El tratamiento incluye:
• Toma de medicamentos para reducir la inflamación y disminuir la actividad del sistema inmunológico;
• Balancear el descanso con el ejercicio;
• Una dieta adecuada.
El medicamento específico que recete el médico dependerá del grado y la actividad de la enfermedad. Con el tiempo, es probable que el paciente cambie el tipo y la cantidad de medicamentos que ingiere, según los signos y síntomas presentes.
Por Medine Plus - Arthritis Foundation
05 de Agosto de 2014
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