El estudio explica que "una persona sana delgada tiene una composición y diversidad de especies quĆmicas bacterianas muy diferentes a la de una obesa"
Dos estudios coliderados por investigadores de la Universitat de València (UV) y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) demuestran, por primera vez, que es posible cuantificar y clasificar el efecto que diferentes enfermedades tienen en la actividad de las bacterias intestinales. Los trabajos han sido publicados en las revistas 'Scientific Reports' e 'ISME Journal' del grupo 'Nature', según ha informado la institución académica en un comunicado.
Los estudios ponen de relieve que diferentes fisiopatologĆas --lupus, diarrea infecciosa y obesidad-- pueden segregarse en base a la composición de las especies quĆmicas que componen el tracto gastrointestinal. Esta diferenciación no se aprecia cuando se analizan las poblaciones microbianas, tal y como se venĆa haciendo hasta la fecha.
La flora intestinal humana, conocida como microbiota, puede considerarse como un órgano adicional en el cuerpo. EstÔ formada por millones de bacterias que interaccionan entre sà y con el organismo, en consecuencia, afectan a su funcionamiento y salud. Se sabe que múltiples trastornos intestinales como la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, y enfermedades como la obesidad, el cÔncer y enfermedades autoinmunes, pueden causar cambios en la composición de las bacterias intestinales.
Sin embargo, tales cambios se han encontrado tambiĆ©n al examinar individuos sanos con diferente edad, localización geogrĆ”fica, dietas o tratamientos con antibióticos. Por lo tanto, segĆŗn ha explicado la UV, "hasta hoy no se habĆa esclarecido claramente quĆ© enfermedades producen o no las mismas o diferentes alteraciones en la microbiota alterada y si en base a ello es posible clasificar diferentes enfermedades".
AdemĆ”s, tampoco se sabĆa si en presencia de mĆŗltiples enfermedades o fĆsiopatologĆas "alguna de ellas domina a la hora de inducir cambios gastrointestinales". "Definir tales cambios es importante ya que de estos puede depender no solo la progresión de la enfermedad, sino tambiĆ©n de nuestra salud", explica el catedrĆ”tico de GenĆ©tica de la Universitat de ValĆØncia AndrĆ©s Moya.
GRUPOS DE PACIENTES
Los investigadores han analizado por primera vez la composición y diversidad de especies quĆmicas producidas por las bacterias intestinales, lo que se conoce como metaboloma, en varios grupos de pacientes. Un primer grupo lo formaban pacientes que tienen lupus, una enfermedad reumĆ”tica sistĆ©mica y crónica.
Un segundo grupo lo formaban pacientes que tienen diarrea infecciosa causada por la bacteria patógena 'Clostridium difficile'. Finalmente, un tercer grupo lo formaban individuos sanos. Para ello, los investigadores procedieron a la separación de las bacterias del material fecal y la extracción y anĆ”lisis por espectrometrĆa de masas de Ćŗltima generación de los metabolitos bacterianos.
El estudio sugiere que en personas sanas que no sufren ninguna enfermedad, el Ćndice de masa corporal y, por tanto de obesidad, es el factor diferenciador "independientemente de la edad o de cualquier otro parĆ”metro. Es decir, una persona sana delgada tiene una composición y diversidad de especies quĆmicas bacterianas muy diferentes a la de una obesa", apuntan los investigadores.
El cambio en el metabolismo intestinal se produce a un valor de Ćndice de masa corporal de aproximadamente 25 kilos por metro cuadrado. Esto no ocurre con los pacientes que tienen lupus. AsĆ, todos ellos tienen un perfil metabólico gastrointestinal diferenciado al de los individuos sanos, independientemente de su Ćndice de masa corporal e historial clĆnico.
Claramente, el lupus eritematoso es un "factor dominante frente a la obesidad a la hora de su influencia en la actividad de las bacterias intestinales", ha detallado el investigador Moya, también miembro de la Unidad de Investigación mixta de la Universitat de València y Fisabio.
En consecuencia, una persona con lupus delgada y otra obesa tienen similar composición y diversidad de especies quĆmicas bacterianas, hecho que contrasta con lo que ocurre en personas sanas. Esto podrĆa ser la razón de que las personas con lupus tengan mayor predisposición al llamado sĆndrome metabólico.
Por otra parte, un anĆ”lisis de pacientes con diarrea infecciosa reveló posteriormente que esto tambiĆ©n se asocia con un perfil metabólico gastrointestinal definido. Por ejemplo, las personas analizadas con diarrea infecciosa causada por 'C. difficile' tienen un perfil similar independientemente de su Ćndice de masa corporal e historial clĆnico.
"Pudimos demostrar que los cambios inducidos por este patógeno son diferentes a los causados por otros patógenos, por ejemplo, 'Escherichia coli'", comenta la investigadora MarĆa JosĆ© Gosalbes. AdemĆ”s, los cambios cuando 'C. difficile' produce o no toxinas, causantes de daƱos graves en la salud, tambiĆ©n son visibles y marcadamente diferentes.
NUEVAS VĆAS DE ESTUDIO DEL EFECTO DE ENFERMEDADES
Los investigadores demostraron que los cambios que imponen diferentes fisiopatologĆas se exaltan especĆficamente al nivel "mĆ”s alto de la jerarquĆa funcional, a nivel de especies quĆmicas". Es ahĆ donde se hacen efectivos. AsĆ, estos estudios han encontrado que diferentes fisiopatologĆas --como infecciones por bacterias patógenas, respuesta inmune, u obesidad, entre otros-- "pueden segregarse en base a patrones metabólicos, es decir, en base a la composición de las especies quĆmicas que componen el tracto gastrointestinal, mientras que no lo hacen cuando se analizan las poblaciones microbianas intestinales".
Esto abre nuevas oportunidades relacionadas con el estudio de cómo las heterogeneidades que aparecen mĆ”s abajo de la jerarquĆa funcional, por ejemplo a nivel de poblaciones bacterianas, acaban finalmente en el mismo patrón quĆmico que es especĆfico para diferentes enfermedades.
La investigación, que ha contado con la colaboración de grupos espaƱoles de la Universidad de Granada, del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y BiologĆa Evolutiva de la Universitat de ValĆØncia (ICBIBE), de Fisabio, la Universidad CEU San Pablo, el Hospital ClĆnico de Valencia, y la Universidad de Oviedo, es resultado de diferentes trabajos en el marco de una serie de proyectos financiados por el Ministerio de EconomĆa y Competitividad, el de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Instituto Carlos III y la Generalitat Valenciana.
Los investigadores tambiĆ©n han tenido el apoyo del programa EraNET PathoGenoMics2 promovido por la Unión Europea. AdemĆ”s, parte de los investigadores forman parte del Centro de Investigación BiomĆ©dica en Red de EpidemiologĆa y Salud PĆŗblica (CIBEResp).
Por EUROPAPRESS / Valencia
30 de Marzo de 2015 - 13.17 H
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