Yo no. El 10 de mayo es una fecha para mí importante porque conmemora el Día Internacional del Lupus, que intenta hacer conciencia sobre tan peligrosa enfermedad. A propósito:
Ella es dulce, ella es gentil, ella es dueña de un espléndido sentido del humor y se advierte estallante de vida, pero ella, en plena juventud, es paciente de esa enfermedad poco común y aún no del todo identificada: el Lupus eritematoso sistémico. Aquí, por si a alguna de ustedes pudiese interesar, que el padecimiento suele escoger a la mujer, transcribo una vez más la explicación del Dr. G. R. V. Hughes sobre el padecimiento.
El Lupus es una enfermedad autoinmune, un tipo de autoalergia, donde el sistema inmunológico del paciente produce anticuerpos que en vez de proteger al organismo contra bacterias, virus y otras materias ajenas, atacan los propios tejidos de la persona. Esto ocasiona síntomas de extrema fatiga, dolor muscular y en las articulaciones, anemia y malestar generalizado, y aun puede ocasionar la destrucción de órganos vitales. Es un padecimiento con muchas manifestaciones, y en cada paciente los síntomas pueden ser muy distintos. Aun puede imitar a otras enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, lo que hace difícil que el médico general pueda diagnosticarlo.
El Lupus es una enfermedad compleja, que puede afectar casi a todos los sistemas del cuerpo. Su diagnóstico se basa en una combinación de síntomas, manifestaciones y resultados de exámenes. Para brindar un diagnóstico acertado se necesita una cuidadosa revisión de todo el historial médico del paciente y análisis de resultados de exámenes relacionados con su condición inmunológica. Hoy no existe una prueba que por sí sola pueda establecer con precisión si una persona tiene Lupus. Sólo a través de exámenes completos y la ponderación de los síntomas y su historial puede lograrse un diagnóstico, a partir del cual deberán tratarse los síntomas del paciente según se requiera. El propósito es controlar la enfermedad y los síntomas para que el paciente pueda llevar una vida tan normal como sea posible.
En la mayoría de los casos, el Lupus tiene un curso benigno caracterizado por exacerbaciones con fatiga, fiebre baja crónica, erupciones cutáneas y a veces dolor e hinchazón en las articulaciones. La mayoría de los pacientes lleva una vida normal, pero algunos desarrollan serias complicaciones. Entre períodos de actividad de la afección puede observarse una mejoría espontánea o la desaparición total de los síntomas durante semanas, meses o años, antes de que la enfermedad se presente de nuevo. Aun en pacientes con complicaciones serias el pronóstico es favorable. ¿Cómo se mantiene con salud, calidad y ritmo de vida al máximo la joven paciente? Ella aconseja: la mejor forma de convivir con el Lupus es seguir exactamente las siguientes medidas:
Sostener una buena relación médico-paciente y un sólido apoyo de familiares y amigos. Administrarse todos los medicamentos, visitar al médico con frecuencia y aprender tanto como se pueda sobre la enfermedad. Mantenerse activo para resguardar la flexibilidad articular. Alternar ejercicios moderados con períodos de relajación y descanso. Evitar la exposición excesiva a los rayos solares. Utilizar vestimenta de mangas largas cuando se está al aire libre o al sol. Las jóvenes planificar sus embarazos de forma cuidadosa y con orientación médica. Mis valedoras:
Aquellas de ustedes que sientan debilidad física y depresiones, excesivo cansancio y necesidad de dormir, cuidado; visitar al médico.
Ayer, a propósito, se conmemoró el Día Mundial del Lupus. Que no sea tarde para algunas de ustedes. (Alerta.)
Por: Tomás Mojarro
11 de Mayo de 2016 | 5:47 a.m.
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